sábado, 1 de septiembre de 2012

Elisa Menéndez


Romances


Sus rizos de cobre y paja
Silvestres como el camino

Jalan los picos del viento
Sin velos andaba el niño 

Dos soñolientos soldados
Disparan sus piesecitos 
Al toque de la campana
Reviven marchando al ritmo

Hasta el portal de la escuela
Vuelan libres pajarillos
La maestra coje el brazo
Sin verle los pies negritos

Sentado observa con pena
Las huellas de su camino
Su miedo enciende el carbón
Se tira y escupe el piso

Se arrastra y entiende un lápiz
A su papel blanco herido 
Sin compasión la pizarra 
Rayada, borrada; olvido. 

Suena otra vez la campana
Y sube la mano el niño
Le pide -Perdón, maestra...
por no bañarme en el río.

Los otros niños se viran
Callando al pobre mendigo
Y miran a la maestra
Y al monstruo enfangotillo

--Pula su sudor sin lágrimas
en mi aula…y ¡Bienvenido!
Ví su cerebro brillar
Al cojer el buen camino.

Al fin se sienta y respira
Se abriga con lo que dijo
Saca su papel y un lápiz
Como se abraza al amigo.

--Canta pajarillo canta
Canta hasta el churre del brillo
Canta con flechas y lanzas
Canta hasta llegar al pío.

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