miércoles, 29 de agosto de 2012

María García Romero



ROMANCE DEL PUEBLO PERDIDO


Lleva el agua perfumada
cuando pasa por el llano,
el Guadalete de sierra
que besa mi pueblo blanco.

Blanca paloma en el cruce
de Bornos a Grazalema,
ruta de los Pueblos blancos
donde la cal fulge abierta.

El Pajarete, Matrera,
memoria moruna y regia,
vigías del horizonte
y guardianes de mi ausencia.

Villamartín de mi infancia,
niña que en sus calles corre,
cuando la vida era sólo
puñado de sueños pobres.

Alba pura en la dehesa,
ojos que empezar veían
la belleza, su misterio,
sin saber que la perdía.

Triste caballo de hierro,
lejos quedó Andalucía,
mi alma sin sus raíces,
raigambre de luz y vida.

Aquí, en el valle del cierzo,
con pena en su tierra viva,
de nuevo mis sueños pobres
se alzaron en mi alegría.

Bajo dos soles camino,
la mar, el Ebro, la orilla;
por debajo pasa el sueño
y la nostalgia infinita.










ROMANCE del hermano ausente.


Lleva la tarde de agosto,
piel cuarteada y herida,
nombres ausentes, clavados

del amor sin despedida.

Dónde tus ojos hermano,
la luna blanca encendida,
verá tu cuerpo de tierra
llorar por la luz perdida.

Tu consuelo, tu palabra,
tu corazón sin medida,
con el tiempo desterrado
y con la razón mentida.

Tus azahares tempranos
de tu carne florecida,
yo no los puedo mirar
con esta pena ceñida.

Que galoparan los años,
las horas enfurecidas,
y que tú vuelvas hermano
y con tu vuelta la vida.

1 comentario:

  1. Gracias Herminia. Me encanta como han quedado aquí. Es un blog precioso.
    Mi abrazo y mi admiración.

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